La desmotivación está siendo uno de los principales problemas de las farmacias españolas. Esta afirmación, hecha por la Sociedad Española de Farmacia Comunitaria y recogida por Europa Press, se basa en los recortes económicos y la contención del gasto farmacéutico que, desde hace más de una década, ha hecho que las farmacias reduzcan sus márgenes, de manera alarmante en las zonas rurales.
Esta noticia, junto con la que publicábamos ayer de las declaraciones del presidente del Colegio Oficial de Farmacéuticos de Asturias, no hacen más que confirmar lo que el sector lleva clamando desde hace años: hay farmacias pasando realmente dificultades, disminuyendo ventas, con márgenes reducidos, préstamos bancarios excesivamente caros y una crisis económica que ha llegado ya, sin lugar a dudas, al sector farmacéutico.
¿Soluciones? No hay ninguna solución mágica, pero es ridículo ver cómo numerosas subvenciones ofrecidas por las Administraciones Públicas exceptúan el epígrafe de "farmacia" de entre sus posibles receptores. Quizás la propia administración pública podría dar el primer paso eliminando esas excepciones absurdas, para no dar falsas apariencias sobre el sector. También los propios Ayuntamientos, que en ocasiones parecen poner más trabas a una farmacia -por ejemplo obligándole a pasar por el trámite de las actividades nocivas o peligrosas- en vez de colaborar con que un establecimiento sanitario se establezca en el municipio.
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